Por qué mayo es un mes clave en el olivar
Cada mes tiene su impacto en el ciclo de vida del olivo, pero mayo es, sin duda, uno de los momentos más decisivos. Es ahora cuando se juega buena parte del futuro de la campaña, ya que la floración llega a su momento álgido y el árbol entra en una fase crítica: el cuajado del fruto.
Hablar de mayo en el olivar es hablar de transición, vigilancia y oportunidad. Si se dan las condiciones adecuadas, se puede marcar la diferencia entre una cosecha abundante y una marcada por el estrés hídrico, las plagas o la falta de cuajado. En Fertínez lo vivimos año tras año, sabiendo que en este mes se toma el pulso real a la futura calidad del AOVE.
El momento del cuajado: la flor se transforma en fruto
El principal motivo por el que mayo es tan relevante en el olivar es el proceso de cuajado. Tras la floración, el árbol comienza a transformar esas flores en pequeños frutos que acabarán siendo las aceitunas.
“Mayo es un mes decisivo para los olivares, ya que en esta época se produce el cuaje del fruto, es decir, la transformación de las flores en pequeños frutos que darán origen a las aceitunas.”
Es un momento extremadamente sensible. Las condiciones climáticas deben ser las adecuadas: una temperatura moderada, sin picos de calor ni heladas, y cierta humedad en el suelo, ayudan a garantizar que el cuajado sea exitoso. Si este proceso falla, el árbol puede abortar una gran parte de las flores, lo que se traduce en una menor carga de frutos.
La importancia del clima en mayo: equilibrio perfecto
El clima en mayo puede jugar a favor… o en contra. La estabilidad térmica y la ausencia de lluvias excesivas son fundamentales para que el olivo complete su fase de cuajado con éxito. Pero también hace falta un cierto grado de humedad en el suelo, especialmente si la primavera ha sido seca.
“El clima juega un papel fundamental: temperaturas suaves y ausencia de heladas favorecen el éxito de este proceso, mientras que las lluvias moderadas ayudan a mantener la humedad necesaria en el suelo.”
Este equilibrio no siempre es fácil de alcanzar, por lo que el agricultor debe estar muy pendiente de cómo responde cada parcela a los cambios del entorno. Una buena planificación hídrica en esta fase puede marcar la diferencia.
Vigilancia fitosanitaria: clave para la salud del olivar
Otro aspecto vital durante mayo es la gestión del estado fitosanitario del olivo. Algunas de las plagas más comunes, como la mosca del olivo, el repilo o incluso el prays, pueden empezar a manifestarse, y si no se detectan a tiempo, podrían comprometer seriamente la producción.
“Durante mayo se definen aspectos clave como: el estado fitosanitario del olivar, vigilando plagas como la mosca del olivo o el repilo.”
Un seguimiento activo, con controles visuales y, si es necesario, tratamientos específicos, permite anticiparse y evitar problemas mayores. Este es un mes en el que el trabajo preventivo vale su peso en oro.
Nutrición post-floración: el combustible para el fruto
Después del desgaste que supone la floración, el olivo necesita un aporte nutricional equilibrado que le permita seguir adelante con fuerza. En este sentido, el aporte de nutrientes es uno de los trabajos más importantes en mayo, sobre todo en olivares de alta densidad o intensivos.
“La nutrición del árbol, asegurando un aporte adecuado de nutrientes tras la floración.”
Fósforo, potasio y micronutrientes específicos son parte del cóctel necesario para que el olivo mantenga un desarrollo armónico del fruto. Si esta fase se descuida, los frutos pueden quedar pequeños, mal formados o simplemente no prosperar.
El agua, más valiosa que nunca en primavera
En zonas con escasez de agua, como muchas del sur de España, el equilibrio hídrico del suelo en mayo puede determinar la viabilidad del cuajado y el posterior engorde del fruto. No se trata solo de regar, sino de hacerlo de forma eficiente, en el momento justo y con la dosis adecuada.
“El equilibrio hídrico, especialmente importante en zonas con escasez de agua.”
Tanto si se dispone de riego localizado como si se depende de la pluviometría natural, mayo es un mes para monitorizar constantemente la humedad del terreno. No basta con mirar al cielo: hace falta medir, interpretar y actuar con precisión.
Mayo define la cosecha… y la calidad del AOVE
Todo lo que ocurre en mayo se reflejará en el rendimiento del olivar durante el otoño. Pero no solo se trata de cantidad. También influye directamente en la calidad del aceite de oliva virgen extra, en sus niveles de polifenoles, su acidez natural y su capacidad de conservación.
“Este mes marca el rumbo de la cosecha futura, ya que cualquier problema en mayo afectará directamente al rendimiento y la calidad del AOVE.”
En Fertínez lo sabemos bien: cuidar el olivar durante mayo no es una opción, es una responsabilidad. Solo así podemos garantizar un AOVE premium como el de nuestra línea Iberis, que refleja en cada gota el respeto por el proceso y la excelencia del fruto.
Mayo, el mes donde todo empieza a definirse
Mayo es mucho más que un mes de transición en el calendario agrícola. Es el momento en que el olivar pone a prueba todo lo trabajado durante el invierno y la primavera. Las decisiones tomadas ahora, desde la nutrición hasta el control sanitario, pasarán factura –o darán fruto– en la campaña de recolección.
En palabras reales de quienes lo viven día a día en el campo:
“Para marcas como Fertinez, el cuidado del olivar en esta etapa es esencial para ofrecer un aceite de oliva virgen extra premium de máxima calidad.”
Si algo nos ha enseñado la experiencia es que el éxito de una campaña se empieza a cocinar en primavera, pero se sella en mayo.